Divina nostalgia. Aunque los británicos rompieran su silencio productivo hace tres años con “History Of Modern”, no ha sido hasta ahora que han apelado sin remordimientos a aquel legado sintético que les encumbró durante los ochenta. Ni rastro de guitarras o atisbos de reciclaje sonoro en “English Electric”, sino más bien una enésima reivindicación del pop sintético hiperemotivo que la banda facturaba en su etapa dorada. Ya sea recuperando su célebre “Joan Of Arc” (por ejemplo en “Helen Of Troy”), su vena más ñoña (“Kissing The Machine”, originalmente escrita por Andy McCluskey en compañía del ex Kraftwerk Karl Bartos) o su potencial rompepistas (como himno bailable se guardan para esta ocasión “Dresden”), OMD suenan más OMD que nunca. A estas alturas no podemos pedirles nada, pero les aseguro que ya he escuchado más veces este álbum que el último de Depeche Mode. Sí, en esto último hay malicia...
Su mejor disco desde Dazzle ships... todo un clásico desde ya!