Endling
DiscosKvelertak


Endling

6 / 10
Jaime Tomé — 13-09-2023
Empresa — Rise Records
Género — Metal

La banda nórdica Kvelertak es ya un “must-have” para comprender la música de guitarras de los últimos lustros. Con su excelente debut homónimo ya se vio cobijada por Kurt Balou de Converge a la producción, y a lo largo de su existencia ha contado con diferentes colaboraciones artísticas como la de John Baizley (líder de Baroness) como encargado de muchas sus portadas y con el apoyo sonoro de miembros de Taake, Trap Them, Old Man Gloom o Mastodon además de apariciones puntuales como corista de Ivar (Absurd², Silver, Happy Dagger, The Good, The Good The Bad and The Zugly), el que es ahora su vocalista, bastante antes de tomar el liderazgo de la propia banda en 2018. Incluso el por aquel entonces desconocido Jay Weinberg fue batería puntual en directo del grupo durante su gira americana de 2013 con Black Tusk y Cancer Bats gracias a un contacto vía Roadrunner Records, justo seis meses antes de entrar en Slipknot.

Lo nuevo de Kvelertak viene sin grandes sorpresas y sin vueltas de tuerca. "Endling" (Rise/Petroleum Records, 23), quinto disco del sexteto noruego desde su formación en el año 2007, fue anunciado el pasado mes de abril y es el segundo LP con su nueva formación en la que Ivar Nikolaisen toma el puesto de las voces tras la salida de Erlend Hjelvik (también exmiembro de Djevel; ahora inmerso en su projecto de viking metal Hjelvik) y de Håvard Takle Ohr a la batería tras la partida de Kjetil Gjermundrød. Si eres un gran fan de su estilo y todavía no te han aborrecido, quizá estés de enhorabuena. Por el contrario, si eres de diente más fino, notarás que hay algo en este trabajo que no acaba de hacer clic.

Yendo al grano, decir primeramente que en “Endling” no vas a reconocer a otra banda que no sean los escandinavos revolviendo su ya conocido mixtión de black metal, punk y rock and roll que te hará viajar sobre una quimera en la que podrás reconocer al momento su moderna fusión entre Turbonegro, Darkthrone, Thin Lizzy, Venom, AC/DC o Entombed estampada en diez canciones con un minutaje total cincuenta y un minutos.

Si bien es cierto que estos nórdicos siempre dejan una semilla que invita a escuchar sus discos en varias ocasiones con un resultado que deriva casi siempre en notable tras varias vueltas, “Endling” parece que empieza a dejar un hueco nada desdeñable a la duda pasando algo más desapercibido que sus anteriores obras. Sin poder aclarar todavía si tienen que arriesgar más (cosa que ya hicieron sus primeros años de vida y que han mantenido bastante bien) o ir tirando hacia otros lugares, hay varias cosas que comentar sobre sus nuevas canciones.

“Endling” se inicia con la versión completa de casi ocho minutos del single previamente liberado “Krøterveg Te Helvete”, que en su formato sin cortes cuenta con una intro ambiental de guitarras a trémolo bastante maja que podría estar en cualquier disco mítico de black metal noventero -y que podrían haber separado del tema principal, todo sea dicho- a la que se le van uniendo el bajo, algunas guitarras acústicas y unos teclados simples y repetitivos que coronan con ese gamberrismo extremo que ya todo el mundo acostumbrado a la banda conoce y que no, no ha mutado todavía en una extensión de The Good The Bad and The Zugly por influencia de Ivar como alguna gente tiene en mente.

La salida con “Krøterveg Te Helvete” deja un buen sabor que se mantiene en la black & rollera “Fedrekult” pero que amaina un poco con “Likvoke”, que en contexto hasta se puede salvar un poco gracias a la coreable e incluso más pop “Motsols”, dejando el ambiente templado hasta la llegada de “Døgeniktens Kvad”, una canción interesante y bien llevada con muchos elementos en su fondo para analizar con detenimiento donde hay hueco hasta para unas notas tímidas de banjo que suman a la ecuación tintes sutiles cercanos al country.

La canción que da nombre al disco y que hace de nexo entre la primera y segunda parte es el primer bajón real de este viaje que se vuelve peor con la terroríficamente larga, carente de alma y aburrida “Skoggangr”, la cual es candidata a ser una de las peores canciones que ha grabado el grupo y que, aun por encima, dura 6 interminables minutos. A pesar de que “Paranoia 297” sea un alivio a lo anterior y no se haga insufrible, tampoco es gran cosa. De aquí en adelante tenemos dos canciones más (“Svart September” y “Morild”) que dan un poco más de juego pasado el tropiezo sin tampoco volar la cabeza a nadie.

Los apuntes que tomar tras darle varias vueltas a “Endling” son que esa sensación constante de “esto ya lo he escuchado antes” es un lastre que cobra fuerza con cada escucha y que el no saber pegar un tijeretazo les ha jugado una mala pasada. Teniendo canciones largas y extraordinariamente buenas en su carrera (“Utrydd Dei Svake”, “Nekrokosmos”, “Ved Bredden Av Nihil” o “Delirium Tremends”, por ejemplo) se hace hasta raro que esta vez no hayan estado a la altura en este aspecto.

Aunque comparar sea tan odioso como inevitable a la hora de hacer una crítica objetiva, la conclusión es que “Endling” es su peor disco hasta la fecha (también es verdad que “Splid” dejó el listón muy alto con poco margen para superarlo) pero que, aun con todo, llega al notable y tampoco supone una decepción tan grande como para echarse a llorar. Kvelertak se pueden permitir tener algún que otro tropezón y, a estas alturas, son libres de hacer lo que les plazca. Puede que el búho que los representa empiece a estar un poco amarrado, pero el pobre animal puede permitirse empezar a bajar un poco las revoluciones después de haber recorrido tanto.

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