Contemplar en 2014 a Fito Cabrales es observar a alguien ya habituado y cómodo en su papel de antihéroe simpático, de bohemio de tasca al que un día le tocó la lotería –de nombre “Soldadito marinero”- y que desde entonces se ha esforzado en no tentar el humor de su buena estrella. Hace un par de años se saltó su costumbre de presentar nuevo trabajo de estudio cada trienio, desde que en 1998 se estrenara con el acústico “A puerta cerrada”, en aquel entonces una mera distracción de su ocupación como integrante de Platero y Tú. Para paliar la sequía, aparece este resumen de sus conciertos en el bilbaíno Teatro Arriaga, punto culminante de una extensa gira por teatros. Una celebración y bálsamo de madurez para los temas seleccionados, que reciben unos arreglos suntuosos, con especial protagonismo de la guitarra y dirección musical de Carlos Raya.
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