“Hacia adelante”, es lo que han parecido decir Russian Circles con su cuarto disco, “Empros”, que guarda no pocas diferencias con su predecesor “Geneva”. Mientras alli la voladura se hacía al principio y el resto del disco era demolición, aquí hay fuego permanente). Si “309” comienza fuerte, con esa velocidad de crucero que los de Chicago saben imponer tan bien (el trabajo de Cook y Turncrantz les confirma como una base rítmica sin mácula), es en “Mládek” donde tiran más de convencionalismos de contraste y en “Schipol” donde caen en la melancolía y los torbellinos catárticos. Para “Atackla” se recupera un poco el alma y de nuevo con una base insuperable estamos ante los Russian más grandes, mientras “Batu” prosigue con la épica y los graves y “Praise Be Man” pone el broche de oro con una balada un tanto mística con Cook al micrófono. Da toda la impresión de que el trío ha facturado el disco que quería, lejos de las ataduras de un “Station” fantástico pero cojo o de un “Geneva” tan excitante como frío, uno de esos discos que apuntaban decepción para los pesimistas y que acaban por redoblar la fe en sus autores.
That's a wise answer to a tricky qusiteon