Si a alguien le ha sentado de maravilla la vuelta de Blink-182, sin duda, a ese ha sido a Emlan. El artista lanza su segundo álbum, “Hotel Chiclepunk” (Calaverita Records, 2022), inspirado en ese sonido punk que triunfó en la época de los principios de los 2000. Un disco de diez temas en los que nos presenta su verdadero estilo, tras transitar por muchos géneros distintos en su álbum debut.
Su concepto es claro, un hotel es el lugar donde uno puede quedarse el tiempo que quiera y volver siempre y, por supuesto, cambiar de habitación (en este caso, de canciones). Por tanto, estas diez piezas son todo un seguro para Emlan, mostrando que se siente tan cómodo dentro de ellas que podría volver en cualquier momento. Y, aunque empecemos por el final, esa comodidad se refleja en “Festival de dramas”, el cierre del LP, donde curiosamente se aleja más del sonido principal del álbum y donde nos narra toda su historia, el dolor de cabeza con los números y los egos y su renacimiento.
Pero no todo ha cambiado en Emlan, sus letras siguen siendo directas, uno de sus grandes puntos a favor. La mayoría de sus canciones están centradas en experiencias e historias de amor y desamor en las que todos nos podemos sentir representados en algún momento de nuestra vida. Por tanto, suma un sonido que nos invita a saltar y bailar desde el primer segundo con temáticas en las que seguramente nos encontremos reflejados, una fórmula que provoca que sea un disco que puedes ponerte en bucle, pero que te deja con ganas de poder oírlo en directo. Aunque seguramente que las canciones que se coreen más en su gira sean “Cara de tontita” o “Princesa Disney”, sus dos mejores canciones.
Lo cierto es que el catalán ha reorganizado su carrera para orientarla en el sonido que más y mejor se siente identificado. De ahí que no nos encontremos con ninguno de los singles que publicó poco después de lanzar su primer álbum. Y, lejos de lo que parece, es la mejor decisión que ha podido tomar. Principalmente, porque se nota lo cómodo que se siente dentro del punk-pop, y porque su discurso ahora es mucho más coherente.
Sin duda, este es un nuevo comienzo para la carrera musical de Emlan, donde quiere desprenderse de esa etiqueta de tiktoker que le han autoimpuesto, para mostrar que antes de eso ya era artista y que ahora lo es más si cabe.
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