La propuesta de Refree funciona –al menos en mi opinión– a efectos retardados: acostumbrados a que la música nos empache de instantaneidad, sorprende que su propuesta más personal se aleje cada vez más de lo previsible y que, en sus últimas entregas, cueste de digerir con facilidad (aunque cuando se consigue la sensación es duradera y única). A lo largo de casi media vida publicando discos (empezó a los diecisiete y acaba de rebasar la frontera de los treinta), Raül Fernández ha tenido oportunidad de probar muchos sabores musicales, y para la cuarta referencia de Refree, “Els invertebrats”, ha apostado por la improvisación con unos invitados de lujo, el trío de jazz de vanguardia Sweet Cut, con quienes ha experimentado las mutaciones que sus propias partituras podían sufrir.
Aunque la instrumentación esencial (piano, contrabajo y batería más las guitarras de Fernández) pueden hacer pensar en un acercamiento al jazz, bajo esta colección de piezas que encajan y desencajan, que implosionan y explosionan en ocasiones dentro de la misma canción (caso de “El puerto de los cristianos”) se esconde la verdadera esencia de su búsqueda musical: la pasión por la canción de autor de aires costumbristas e incluso tradicionales (“El sud”, triple salto mortal –voz más contrabajo– que recuerda la esencialidad de “El noi de la mare” que aparecía en “Inmigrasons”).
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