Normalmente, hacen falta varias escuchas de un disco para empezar a asimilarlo y poder juzgarlo. Sin embargo, "Un estrany poder" es uno de esos álbumes que, desde la primera vez que lo escuchas, te descubre todo lo bueno que esconde, por mucho que apreciar las letras requiera de más tiempo. Quienes conozcan a Els Amics de les Arts sabrán que sus composiciones son complejas y que no encajan en el modelo al que nos tienen acostumbrados el resto de grupos. Esta vez, además, hay un cambio radical en cuanto a sonido. Los textos siguen sus coordenadas habituales, sin embargo, el haber trabajado con el productor Tony Doogan (Mogwai, David Byrne o Snow Patrol) les ha llevado un paso más adelante. No sé si es su influencia lo que les lleva a sonar tan diferente, pero se agradece que hayan apostado por un rollo más electrónico, dejando el pop al que nos tenían acostumbrados a un lado momentáneamente. Con ello, Els Amics de les Arts s se modernizan un poco, en su justa medida, sin abandonar los rasgos que les ha caracterizado, pero aportando variantes.
Han pasado tres años desde "Només d’Entrar Hi Ha Sempre El Dinosaure" (Discmedi, 14), período que el cuarteto catalán ha aprovechado para decidirse a arriesgar con algo diferente. En palabras del teclista Dani Alegret, en la entrevista que publicaremos en breve: “teníamos ganas de emocionarnos y de pasárnoslo muy bien”. Y se nota, porque "Un estrany poder" es un no parar de temas que desbordan alegría y fiesta -¿dónde quedan dramas como el de Ciència-Ficció?-. Sin embargo, entre tanta felicidad también encontramos algunos temas más lentos como "La llum que no se’n va", en la que el mismo Alegret se luce al piano.
Resumiendo, estamos ante unos Els Amics de les Arts 2.0, algo que seguro que dará que hablar. Un claro ejemplo de cómo avanzar, madurar musicalmente y hacerlo como es debido.
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