Ornamento y Delito depuran sonido y amplían paleta de colores en su tercer disco oficial, si bien el cuarteto mantiene vigente y palpable toda la rabia canalizada hacia la consecución de canciones. La personalidad de la banda se mantiene así intacta mientras demuestra una evolución creativa que evita el estancamiento entre parámetros propios, con el combo madrileño completando su obra más compensada y convincente hasta la fecha. Una lírica tremendamente agresiva luce en primer plano, inmediatamente seguida y completada por una sólida instrumentación capaz de soportar el impacto manifiesto de historias como “El hundimiento”, “Carnaval armado”, “Pioneros” o “Hidalguía universal”. “El Espíritu Objetivo” es un álbum de alma post-punk y evidentes (y bien entendidas) querencias ochenteras, tan oscuro y crudo en fondo como cuidado en la forma de unos elementos hábilmente engrasados.
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