Después de la grata sorpresa que supuso la edición del EP “Cuatro canciones para no dormir y una declaración de intenciones”, éramos muchos los que esperábamos para ver si Javier Molina, persona que se esconde tras Delanada, era capaz de plasmar en un larga duración las buenas intenciones que planteaba desde su título y sus canciones aquel debut. “El enemigo silencioso” es la prueba de que lo ha conseguido. Sin inventar nada. Sin meterse en complicadas sucesiones de acordes o experimentaciones varias, Delanada apuesta, de nuevo, por la canción como eje vertebrador de un disco cargado de buenas letras cuyo camino marcan las guitarras acústicas. Con un deje similar al “Lejos” que recientemente editaba Luis Auserón de la mano de Fernando Macaya (Los Deltonos), léase, buenos y cuidados arreglos de efervescencia americana, textos a flor de piel y muchas, muchas ganas de transmitir. En la sencillez está el gusto.
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