A veces rechazado e incomprendido, lo cierto es que El Coleta se va haciendo un hueco en los oídos y reproductores de la mayoría de los que le criticaban al principio. Y buena culpa de ello lo tiene su faceta de productor más que la de cantante. Porque es difícil negarlo: su técnica rapeando no es de las mejores que recordemos, y su manera de encajar sobre las bases no siempre suena todo lo rítmica y armónica que debería. Su flow no gusta a todos.
Pero a la hora de producir es otra cosa. El madrileño se compone este disco él solito (bajo el aka de Ramsés Gallego) y lo cierto es que no le falta creatividad ni precisión; sirviéndose de sampleos de grupos como Las Grecas, Camarón, Paco de Lucía, Raza, La Unión u Obús, fusiona el rap con otros géneros creando una música que resulta original y diferente sin discusión alguna. Valga como ejemplo el primer tema del disco, "Despegando", en donde utiliza un estribillo de Camarón para repetirlo en forma de loop y encajarlo perfectamente en el bombo-caja de la canción. Innova y toma riesgos, y así es como evolucionan e incluso nacen las músicas.
Y es que el estilo y la música de El Coleta evoluciona y crece en su nuevo LP. Cuidando más su estética y la de sus videoclips (recordándonos al cine quinqui de los 70 y 80), este disco presenta una clara mejoría respecto a los anteriores, especialmente en cuanto al sonido se refiere. Y luego está lo de su mensaje, que podrá gustarse más o menos, que podrás compartirlo o no, pero con el que mucha gente se siente identificada tanto dentro como fuera del hiphop. Él cree en ello, se mantiene fiel, y así lo demuestra en "M.O.vida Madrileña", un álbum en el que encontramos además las colaboraciones destacadas de La Mala Rodríguez y Jarfaiter, y el cuarto trabajo de un cantante que, por una razón u otra, siempre da de que hablar.
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