De unas manos más rockeras y algo sorprendidas por el último giro de Calamaro, me llega "El cantante". Me lo da porque sabe que yo estoy encantado con estos tangos y boleros, y yo tenía que decirlo al empezar. Andrés Calamaro se enfrenta con ganas y mucho respeto a algunos de los mayores clásicos latinoamericanos.
Que un personaje como él, que ha vivido el rock con ansia y con una honestidad brutal, se atreva con el tango y la canción puede erizar el pelo de algún purista. De hecho, “El cantante” habrá sido ya vapuleado por los tangólogos de turno. En nuestro país reconocemos a Calamaro su aporte al rock en castellano, una forma nueva de cantar que se trajo con Los Rodríguez. Ahora esta misma voz puede acercarnos otra vez a canciones atemporales. Tangos tan archiconocidos como “Malena”, “Volver” o “Sus ojos se cerraron”, el bolero “La distancia” de Roberto Carlos, “El arriero” de Yupanqui o la emocionante “Alfonsina y el mar”.
Para interpretarlos Calamaro se acompaña de tremendos músicos del jazz y el flamenco: Niño Josele, Javier Colina, Piraña, Bernardo Parrilla… bajo la producción de Javier Limón. Calamaro sigue siendo honesto (no tan brutal) y apasionado, aunque como cantó Gardel en “Volver”: “las nieves del tiempo platearon mi sien”.
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