A sus setenta y tres años, José Domínguez, “El Cabrero” es, sin duda, el cantaor más indomable de la escena flamenca. Con su veteranía anárquica, nos ofrece un disco con los cantes a los que nos tiene acostumbrados: fandangos, soleás, seguiriyas... Pero saliéndose de la órbita flamenca, como hizo en el pasado con sus incursiones en el tango argentino, esta vez se arriesga con un vals criollo por bulerías. Por otro lado, José Domínguez sigue gritándole a la libertad (“escupirles a los opresores, a los explotadores y al miedo, que es el mayor enemigo”).
En esta producción, le acompañan Kutxi Romero a la percusión y Manuel Herrera, con su toque magistral, a la guitarra (una sonanta que le viene como anillo al dedo a la voz de El Cabrero, siendo uno de las mejores guitarristas para el acompañamiento de la actualidad, porque como decía Juan Moneo ‘El Torta’: “un gran tocaor hace grande a un cantaor”). Ojalá tengamos Cabrero para mucho tiempo con su voz sin concesiones, fiel a su propio estilo por encima de modas y corrientes.
Como decía Horacio Guarany a través de José Domínguez: “Que es más libre que el que está entre rejas por expresar una opinión, que el que está afuera por no tener el coraje de gritarla”. Fiel declaración de intenciones.
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