A Mark Oliver Everett, o lo que es lo mismo E, siempre le han salido sus mejores discos desde crisis personales, baste citar “Electro-Shock Blues” (98) o “Blinking Lights And Other Revelations” (05), así que es normal que las circunstancias que rodeaban a este “Extreme Witchcraft”, un confinamiento mundial y su divorcio, invitaban a pensar que podría ser uno de los mejores. Al final el decimocuarto disco de estudio de su banda, Eels, no está ahí arriba con los más grandes, aunque tampoco es de los peores, quizás porque en vez de vaciar su alma, esta vez E se lo haya tomado con filosofía y ha decidido ver el vaso medio lleno, siendo un disco en el que suena como si se lo estuviera pasando bien gran parte del tiempo; evidentemente todavía rodeado de sus problemas, pero esta terapia musical le sienta bien y está llena de cruda energía.
Puede que sea el propio E el que haya hecho la mejor descripción del disco, diciendo que “Extreme Witchcraft” gira en torno a un "optimismo cauteloso y un sentido del romance magullado", musicalmente eso se ve acompañado de un sonido más crudo gracias a la vuelta a la producción, junto al propio E, del habitual colaborador de PJ Harvey, John Parish, que ya colaboró con ellos en 2001 con “Souljacker”.
Algunas de las canciones más destacadas son “Amateur Hour”, a la que se le nota un punto psicodélico en el solo de guitarra, aunque básicamente es un caramelo pop que recuerda su amor por el pop británico de los sesenta, Small Faces, The Kinks, etcétera. Por su parte, “Good Night On Earth” comienza con un riff blues rock y una percusión acelerada, algo que podría haber aparecido en un disco de The Black Keys. “Strawberries & Popcorn” es puro Eels, una melodía agridulce que suena como un viejo amigo que vuelve a visitarte después de mucho tiempo, mientras que “Grandfather Clock Strikes Twelve” nos recuerda que a E también le gusta Prince. En “The Magic” y “Steam Engine” se nota la mano de Parish, particularmente en esa última, un R&B cavernoso que hubiera sido perfecto para la rasgada voz de un Tom Waits.
“Extreme Withccraft” es una obra de madurez en la que hay espacio para la reflexión y la melancolía, pero que, principalmente, muestra la cara más juguetona y divertida de la banda. Puede que no esté entre sus mejores trabajos pero es un material perfecto para disfrutar con ellos en directo.
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