Resulta bastante evidente que la carrera de Mark Oliver Everett al frente de Eels ha entrado en bucle, comenzando a generar cierta reiteración que frena el entusiasmo ante cualquier nueva obra con su rubrica. Lo cierto es que hace tiempo que el californiano parece haber sacrificado la capacidad para sorprender, mostrándose inmerso (e incluso rendido) a una inercia compositiva que en breve podría comenzar a ser peligrosa. En esta ocasión el músico salva la papeleta en base a ese fuerte carisma ganado a pulso a lo largo de los años, y aprueba gracias a las piezas más inspiradas de una entrega algo gris y ciertamente irregular.
A estas alturas y tras un cuarto de siglo de carrera, seguramente nadie espera por parte de Everett el impacto generado por un debut como ‘Beautiful Freak’ (Dreamworks, 96), una entrega profundamente desgarradora como fue ‘Electro-Shock Blues’ (Dreamworks, 98), o las melodías irresistibles de ‘Daisies Of The Galaxy’ (Dreamworks, 00). Quizás ni siquiera se ansía una trilogía tan sólida como resultó ser la formada por ‘Hombre Lobo’ (Universal, 09), ‘End Times’ (Universal, 10) y ‘Tomorrow Morning’ (E Works, 10). Pero lo cierto es que, al menos durante su mayor parte, la actual publicación ralla por debajo de obras más recientes y con más miga del autor, del tipo de ‘The Cautionary Tales Of Mark Oliver Everett’ (E Works, 14) o mismamente ‘The Deconstruction’ (E Works, 18), que hasta ahora era su última entrega. En realidad no es que ‘Earth To Dora’ contenga malas canciones, pero en conjunto no es sino otro disco más dentro de la extensa discografía de Eels. Y, desde luego, no es uno de esos por los que el vocalista será recordado en el futuro.
Tras escuchar la docena de temas aquí prensados, queda la molesta sensación de que Everett repite fórmula con escasos tapujos, apostando por lo fácil y recreándose una y otra vez en una posición acomodada que no le encaja. Una apuesta con mayoría de ese tipo de medios tiempos ya facturados con anterioridad, además de idénticos recursos para completar las composiciones, incluyendo algunos arreglos orquestales. El empeño motiva una constante sensación de déjà vu, y el pulso solo se reactiva de manera puntual. De uno u otro modo y a pesar de todo, el norteamericano logra salir airoso del asunto, y lo consigue levantando la media gracias a las mejores del lote, situadas sobre todo en la primera mitad de la referencia. Son temas convincentes como las iniciales “Anything For Boo” y “Are We Alright Again” –los dos singles más claros del lanzamiento junto a “The Gentle Souls”–, la otoñal “I Got Hurt”, “Baby Let's Make It Real” o esa “Earth To Dora” que da título al elepé. Por su parte, Mr. E se pone en la piel de Elliott Smith en “Of Unsent Letters”, mientras que en la final “Waking Up” hace lo propio con Johnny Cash.
‘Earth To Dora’ no es un disco libre de la ironía del autor ni tampoco de su capacidad erosiva o profunda según el momento, y así mismo resulta palpable su inconfundible seña vocal y algún acierto incontestable. Pero toda su escucha resulta un reflejo evidente y menor con respecto a aquellas entregas previas que han quedado grabadas a fuego en la memoria colectiva. Y es que a Mark Oliver Everett cabe pedirle bastante más de lo presentado en el que es ya su decimotercer álbum de estudio. Y, aunque su curriculum le permita seguir manteniendo estatus y respecto intactos, bien podría servir este (moderado) patinazo como advertencia para que procure salir de su zona de confort.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.