Educated Horses”

Rob Zombie regresa a la música tras haber demostrado su valía como realizador en “La casa de los mil cadáveres” y “Los renegados del diablo”. Y lo hace con un tercer disco en solitario, “Educated Horses”, que apuesta por simplificar la mezcla de metal industrial y glam rock expuesta en “The Sinister Urge” (Geffen, 01).

Aquí encontraréis más guitarras, estructuras más sencillas y una menor presencia de samplers y arreglos digitales. La imagen, muy ligada a sus composiciones, sufre también un ligero cambio: su habitual universo repleto de freaks y motivos propios del cine de terror –filia canalizada ahora en sus propios filmes- prácticamente se desvanece, manteniéndose, eso sí, sus habituales textos de carácter macarra y sexual, las pin-ups tatuadas con sombreros de cowboy y el tono oscuro indisociable a su figura. Con todo, Robert Cummings parece querer demostrar también su valor como autor musical, algo que no siempre consigue. Sus mejores logros se traducen en piezas notables como la acústica y melódica “Death Of It All”, la cien por cien White Zombie “Let It All Bleed Out” o el primer single, “Foxy, Foxy”, que aún tirando de algunos tics propios –los gemidos, la influencia del último Alice Cooper- funciona a la perfección. Sin embargo, falla el ritmo de un disco que, paradójicamente, suena a Marylin Manson en demasiadas ocasiones –algo puede haber tenido que ver el fichaje definitivo de John Five a las seis cuerdas-. No se trata de exigir a estas alturas un nuevo “Astro-Creep: 2000”, pero a “Educated Horses” le faltan canciones y una mayor dosis de riesgo para devenir la obra de pretendida madurez que Zombie busca y se merece.