Parece que Ed Harcourt perdió algo de presencia y trascendencia con el cambio de década, tras haber firmado anteriormente discos tan importantes como “From Every Sphere” (Heavenly, 03), “The Beautiful Lie” (EMI, 06) o “Lustre” (Fontana, 10). Unas obras, todas ellas, en las que el vocalista ya dio muestras incorruptas de su especial sensibilidad y buen gusto, virtudes que siempre ha mantenido. El británico regresa ahora con un disco enteramente instrumental, en el que recrea pasajes hermosos y de corte tradicional con la principal ayuda del piano. Una docena de piezas de efectivo aspecto cinematográfico, tanto en su clasicismo propiamente musical como en las consecuencias de las composiciones. El autor da así, de algún modo, continuidad a esa faceta como compositor de bandas sonoras estrenada hace unos años, cuando puso música a la película independiente “Like Sunday, Like Rain” (Monterey Media, 14) escrita y dirigida por Frank Whaley.
“Beyond The End” (Point Of Departure, 18) es una obra de claro aspecto nostálgico que puntualmente añade algunas pinceladas inquietantes, pero siempre empeñada en permitir la entrada de un halo de luz esperanzador. Violines, violas y otros distinguidos instrumentos acompañan al propio piano, como actores secundarios pero necesarios a la hora de tejer la telaraña sonora ideada por el londinense en el que ya es octavo álbum de estudio de su carrera. Un álbum dotado con sentido global que a través de sus diferentes eslabones –y destacadas como “Wolves Change Rivers”, “Empress Of The Lake”, “There Is Still A Fire” o la final “Whiskey Held My Sleep To Ransom”– es capaz de dibujar un argumento completo, con principio, desarrollo y desenlace. Ed Harcourt ha sido valiente recreando una referencia sin letra con la que, obviamente, vuelve a probar su versatilidad. Y con el mérito añadido de que, a pesar de sus especificidades, la entrega permite reconocer algunas de las principales honestidades del firmante.
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