La irresistible oscuridad del post-punk con sonidos anclados en los ochenta y primeros noventa sigue fascinando, como demuestra el éxito global de los bielorrusos Molchat Doma. Desde su propio nicho y cultivando su estética fría, el trío europeo ha acabado llegando a un público amplio. No es este un caso aislado, ni mucho menos. Hace ya años que músicos de distintas generaciones reinventan una estética sonora que tiene unas claves que se pueden refinar con más o menos gracia.
El EP de debut de esta banda de Durango -aunque sus miembros acumulan amplias experiencias que se remontan a grupos como MPB o Coilbox-, está compuesto por cuatro cortes que metabolizan el género desde algunas de las constantes que grabaron en piedra nombres clásicos como Sisters of Mercy. En este caso dan un mayor protagonismo a la electrónica con toques industriales. Los ritmos a piñón fijo y las melodías de voz con ecos de Andrew Eldritch les emparentan en un sonido que desde el principio se hace reconocible. De hecho, el proyecto, ahora trío, está impulsado por el productor de música electrónica Iván Rodríguez “Barko”.
De la tensión misteriosa (“Under Loopback”, con sus guitarras góticas), atmósferas solemnes (“From The Light To Darkness”) o bajos sintéticos algo más pop (“Criminal”, “The Way”), el grupo demuestra dominar los registros de esta corriente patentada en los primeros ochenta que vive una interminable segunda juventud. Las melodías vocales de dramatismo sobrio del vocalista Damien K. completan una convincente carta de presentación que trasciende el mero ejercicio de estilo, y que promete más.
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