Dave Grohl ha soltado el pie del acelerador. Baja el tempo, y parece que ya no le interesa dar gritos y mantener la actitud punk. Esa es la sensación general al oír el nuevo disco de Foo Fighters, que tendrá el nombre de “Echoes, Silence, Patience And Grace” y verá la luz el próximo 25 de septiembre.
El álbum comienza con “The Pretender”, probablemente la mejor canción de las doce que forman este trabajo, y que según parece, será el single de presentación. Además, muestra la esencia de los californianos: estribillo pegadizo, velocidad e intensidad variable y pasajes de distorsión. Pero ahí acaba todo eso. A partir de ese momento nos encontramos con una banda de medios tiempos, susurros y guitarras acústicas que de repente – y sin avisar – explotan. Y no vuelven a aparecer los Foo Fighters de “Breakout”, “Best of You” o “All My Life”, aunque el cuarteto gane en sonoridad, ejecución y variedad estilística: desde el poso blues de “Strange Things Have Happened” al country instrumental y casi virtuoso de “Ballad Of The Beaconsfield Miners”.
Quizás sea la hora de tomarse en serio a Foo Fighters en este otro registro, aunque todavía cueste acostumbrarse.
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