Echo

Tras casi tres décadas en el camino y más de una docena de discos a sus espaldas, Tom Petty continúa demostrando una habilidad envidiable a la hora de sacarse pequeñas perlas, catálogo puramente americano, de la chistera compositiva. Una habilidad que, a estas alturas, no parece suponerle demasiado esfuerzo. Petty pertenece a esa pléyade de elegidos que aúnan una facilidad pasmosa a la hora de construir canciones como «Room At The Top», «Accussed Of Love», «Free Girl Now» o »Swingin», con esa mágica sensación de que, pese a ser melodías mil veces evocadas, te embaucan de nuevo, te ganan, te seducen. Parte de ese mérito recae una vez más en la solidez que le confieren ese colectivo de magos de la elegancia que son los Heartbreakers. Mike (co-productor del disco junto al propio Petty y a Rick Rubin), Benmont y Howie hacen fácil lo difícil, lo que en otros sonaría trivial con ellos suena sublime. Mientras, Tom se explaya, se deja llevar hasta tocar el cielo con la punta de los dedos, como en esas dos maravillas que el muy diablillo nos reserva para el final del compacto »Rhino Skin» y «One More Day, One More Night». Sublimes.