La carrera de Ryan Adams está repleta de altibajos. Empezó con un primer disco que confirmaba lo que los pocos fans de Whiskeytown, su anterior banda, sabían: que Adams es un estupendo cantautor que se sabe mover entre el folk-rock y el country como nadie.
La carrera de Ryan Adams está repleta de altibajos. Empezó con un primer disco que confirmaba lo que los pocos fans de Whiskeytown, su anterior banda, sabían: que Adams es un estupendo cantautor que se sabe mover entre el folk-rock y el country como nadie. El segundo lo convirtió en plato para las masas por su vocación pop; a continuación vino una época de bajón con ese “Rock’n Roll” tan autocomplaciente como forzado y el ciertamente prescindible “Demolition”. Recuperó el pulso de la emoción más íntima y descarnada con “Love Is Hell”, dos Ep’s imprescindibles para cualquier seguidor de su carrera. Más tarde anunció que publicaría tres discos en un año, con el añadido de que uno de ellos sería doble. Y lo hizo. Además, curiosamente, sólo pinchó en el último, un “29” que no estaba a la altura. Por eso, había expectación por ver en qué estado de forma se encontraba en la actualidad el huraño y huidizo Adams. Aunque se han exagerado un poco los logros de esta nueva entrega (sobre todo en Estados Unidos), cabe decir que canciones como “Two”, “Halloweenhead”, “The Sun Also Sets” y “Ripp Off” se sitúan sin dificultad entre lo mejor que haya compuesto en su vida. Lástima que no todo el álbum se mantenga a la misma altura; de ser así, posiblemente estaríamos hablando de su mejor obra.
That's a good idea. Maybe we can show how we can protest agisant budget cuts. I like your way of thinking, Amelia. We should hang up posters around Broken Arrow describing how we students can maybe put an end to budget cuts. LET THY PROTEST IN YE PEACE!