La industria actual anda aquejada de una profunda crisis aunque eso no impide que estemos en uno de los momentos de mayor producción discográfica de todos los tiempos. Por eso lo más sangrante que le puede suceder a un disco es que su edición resulte algo insustancial, casi innecesaria.
Y eso es precisamente lo que le pasa al nuevo de Cowboy Junkies, un disco destinado tan sólo a los ¿trescientos? fans españoles dispuestos a rascarse el bolsillo por un álbum que aporta muy poco. No lo hace a su carrera, pues no pasará a la historia por ser el nuevo “The Trinity Session”, ni tampoco será recordado por superar los originales de las múltiples versiones que contiene. Dylan, Springsteen, Harrison, Lennon o U2 son algunos de los artistas revisitados de forma solvente bajo los parámetros de toda la vida de estos canadienses.
La dulce voz de Margo Timmins y las no menos conmovedoras guitarras de su hermano Michael le dan ese toque ensoñador, emotivo y lento hasta resultar empalagoso. Hubiera sido un buen disco extra de un lanzamiento propio.
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