Desde hace un lustro que Thebe Kgossitsile, más conocido como Earl Sweatshirt, está abriendo algunas de las vías más arriesgadas e inauditas en la caligrafía hip hop. Ya el año pasado hizo un brillante salto al vacío con Some Rap Songs, aquí sublimado a través de quince minutos de pura paranoia. Imposible suscribir lo contrario ante piruetas como '74' y 'East', los dos primeros escalones de semejante artilugio de vanguardia hip hop. Y es que ya no se trata de su particular flow, cada vez más alejado de sensaciones terrestres, sino de su fijación en zurcir requiebros rítmicos de cadencia jazz, atonales, mezclados bajo la premisa de un acabado sucio y misterioso. Entropía al cubo de un sonido que alcanza su momento de éxtasis absoluto en la memorable 'Tisk Tisk/Cookies', donde Thebe insufla vida a un brainstorming ultra sensorial de jazz desestructurado en clave digital.
Igual de fascinante resulta en '4N', los casi cinco minutos que contienen un tercio del metraje final, y que resuelve por medio de un collage hipnótico de bajos intestinales y toda clase de tonos robados de un sueño disparado a toda velocidad. No hay límites para un tipo que está encontrando en su faceta como productor la vía más boyante por la cual transcender. Y que para la ocasión también viene engalanada por un sustrato lírico que remite a leyendas babilónicas desde las que entender las amenazas distópicas de nuestro presente. Magia negra en estado puro de un brujo que, más que quemar etapas, se ha lanzado a por un laberinto sin fin del cual él, y pocos más como 'MIKE', parecen saber los atajos necesarios para salir victoriosos del mismo.
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