El que fuera líder de Roxy Music se lanzó en solitario en 1973, con un disco, “These Foolish Things”, cuyo último corte era una elegante versión (elegante por lo que le debía al glam) de “A Hard’s Rain’s Gonna Fall” de Bob Dylan. Con semejante declaración de intenciones, Bryan Ferry dejó claro que aquella no iba a ser la última vez que echara mano del cancionero de Mr. Tambourine Man en busca de temas que llevar a su terreno. Así que a nadie debería extrañarle este “Dylanesque” que, por cierto, más que rendir homenaje al genio despeinado, se mira las puntas de los zapatos. ¿Que por qué? Pues porque más que ver a Ferry calzarse las botas de Dylan lo que vemos es a Ferry tratando de rodear el cuello de Dylan con uno de sus foulards (un buen ejemplo es “All I Really Wanna Do”). Pero eso sí, con la maestría de un clásico mirando de frente a otro clásico. En total, once temas (entre los que destacan “All Along The Watchtower” y “Knockin’ On Heaven’s Door”) que fueron grabados en sólo una semana. Lo dicho: Ferry mirándose las puntas de los zapatos.
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