La historia de Duster podría haber sido la de cualquier otra banda que, tras un breve periodo de actividad, acaba cayendo en el olvido. Lejos de soterrar aún más su legado, los flujos de Internet parecen haber reflotado al grupo como si de un verdadero tesoro se tratara. Tras casi veinte años sin dar señales de vida (Jason Albertini y Clay Parton, dos de sus miembros, han estado activos con Helvetia y Eiafuawn respectivamente), en 2019 publicaron la reedición de sus dos álbumes, “Stratosphere” de 1998 y “Contemporary Movement” del 2000, así como todas sus rarezas, siendo la primera vez que todo este material se puede encontrar debidamente disponible desde su estreno. Este hecho, sumado a su aumento gradual de oyentes, les ha permitido una nueva revisión por parte de la industria situándola como una banda con cierta influencia y legado.
A pesar de haber pasado dos décadas, Duster parecen retomar su actividad en las mismas coordenadas donde un día lo dejaron, conscientes de que esta vuelta podría traerles las alegrías que en su momento, a comienzos de siglo, no tuvieron. Con este nuevo disco, la banda californiana vuelve a poner en valor la capacidad de exprimir al máximo la paleta de grises típica del slowcore como ya hizo en anteriores trabajos, pero esta vez rellenando los huecos con nuevas tonalidades, intentando dibujar en sus canciones un pequeño halo de esperanza entre tanta tristeza. Temas como “I’m Lost”, “Summer War” o “Ghost World” ejemplifican esa intento por salirse de los marcos habituales de la banda, sonando más urgentes que de costumbre gracias a unas texturas pesadas y contundentes. Aunque es el tono sombrío y apagado el que prevalece a lo largo del disco. La voz se encuentra enterrada en la mayoría de cortes, con especial énfasis en “Copernicus Crater” o “Go Back”, sumándole unas letras que, bajo una óptica nostálgica del pasado, se sumergen sin reparo en la tristeza. Las guitarras combinan el sonido cristalino y minimalista de Bedhead con la herencia psicodélica de bandas como Spacemen 3, dando como resultado unos arreglos que no necesitan excesivas florituras para funcionar. Sin duda estamos ante el disco más ambicioso de Duster, capaz de encarnar la pátina slowcore de sus anteriores trabajo sin que ello les impida explorar nuevos caminos sonoros.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.