El revival post-punk y new wave siempre ha estado ahí, pero de tanto en tanto surge una nueva hornada de grupos que revitaliza el género y provoca su relanzamiento a primera plana de la actualidad. Es lo que está sucediendo con la aportación (en mayor o menor medida) de nombres como los de Fontaines D.C., Shame, Savages, Squid, The Murder Capital, los holandeses Rats On Rafts, Black Country, New Road o Porridge Radio, en una lista a la que ahora cabría añadir a Dry Cleaning. El debut de los británicos viene amparado por esas siglas sinónimo de calidad que dan nombre al sello 4AD, desde donde apadrinan un estreno en formato largo motivador de no poca expectación.
Tras los primeros esbozos de una banda por entonces centrada en post-rock instrumental y su EP previo de 2019, los londinenses se presentan con un disco de diez temas en el que actualizan –tirando de talento, solidez y seguridad– los parámetros del género, hasta lograr un álbum con nervio y de gran intensidad. “New Long Leg” (20) no baja de revoluciones en ningún momento, con una línea argumental que atraviesa su decálogo desde el principio hasta el final amparado por la más que convincente interpretación vocal de Florence Shaw. Un elepé inquietante y adictivo, poseedor de ese oscuro atractivo tan inherente al estilo que el cuarteto formado por Lewis Maynard, Nick Buxton, Tom Dowse y la propia Shaw hace que luzca contemporáneo.
El sencillo “Scratchcard Lanyard” sirve como arrasadora carta de presentación, con la gruesa “Unsmart Lady” encendiendo definitivamente las alarmas al remitir al legado de Siouxsie And The Banshees y justo antes de que la aparente y mecida calma de “Strong Feelings” se torne pegadiza. Destacable es también el acercamiento al spoken word afilado de “Leafy” y “Her Hippo”, mientras que “New Long Leg” es otra de las dianas claras de la referencia (además de darle título) y enlaza con la continuista “John Wick”. El trío final incluye el leve acercamiento al pop de “More Big Birds”, la algo inocua “A.L.C”, y “Every Day Carry” ejerciendo como cierre de ocho minutos con inesperado pero logrado cambio de ritmo incluido.
Juntas conforman el latigazo sonoro del presente “New Long Leg”, pieza resultante de aunar líneas de bajo muy marcadas, la mixtura en misma marmita de las (alargadas) sombras de Joy Division y Blondie, una actitud lánguida pero creíble, y la sombría pero seductora voz de Shaw. Dry Cleaning convencen gracias a una obra certera y sin fisuras, igualmente agresiva en su contenido lírico y poseedora de una convicción poco habitual en unos debutantes. Hasta Brett Anderson señaló a la formación en una reciente entrevista como su banda novel favorita; y es que atractivo tienen de sobra para que el foco se sitúe sobre ellos.
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