¿Nos ha salido el tiro por la culata con Liars? Los neoyorquinos debutaron con un álbum-avanzadilla de la revisión punk-funk para auparse a la portada de esta revista. El vuelco en la formación y su segundo disco demostró, sin embargo, que querían ser otra cosa.
Enrabietados y salvajes, mostraban pocos asideros a los que aferrarse, con menos bajos elásticos y mucho material de derribo a su alrededor que se convertía en definitorio instrumento percusivo. La mudanza a Berlín y el concepto que se esconde tras su tercer disco -el “drum” al que alude el título vendría a ser el espíritu que les ha inspirado durante el proceso compositivo- confirma unas cuantas sospechas. A saber: que Gang Of Four cayeron en el olvido y desde entonces han estudiado el libro rojo de Eintürzende Neubauten de arriba abajo; y si ayer resucitaban el espíritu de “Kollaps”, hoy cierran a su manera su particular década de los ochenta. También que pese a ser una banda incómoda, indomable por lo que se aprecia en las actuaciones de directo que incluye el DVD de regalo -tres reinterpretaciones visuales del disco a cargo de tres videoartistas diferentes- aún mantienen un sorprendente maridaje con la canción que les separa de tantos otros instigadores de la experimentación “porque sí” y coloca, junto a Animal Collective, un par de cuerpos por delante del resto. Y que a su manera, y a pesar de tanta pedantería conceptual, su música continúa el proceso de progresivo oscurantismo: Liars se han hecho más siniestros que la sección de sucesos del telediario de las tres. Un paso adelante, que no (esta vez) una ruptura.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.