“Views” enfrenta a Drake a la encrucijada entre lo que él quiere ser como artista y lo que el público y la crítica le exige. La estrella ha llegado a unos niveles donde cada paso que da sirve para definir su carrera por completo. Y con este álbum nos encontramos con el proyecto más humano y sincero del rapero desde “Take Care” (11). Un disco con el que recupera esa capacidad de conectar con el oyente y hacerte creer que cada una de las frases que suelta te las dice mirándote a los ojos. A Drake se le puede tachar de falta de originalidad, o por conservar una exagerada monotonía en algunos de sus proyectos (algo que un álbum tan largo como “Views” no hace más que certificar), sin embargo no se puede decir que haya tomado el camino fácil. Alguien que dedica dos años a construir historias sobre bases sencillas, a recuperar viejos amigos y a meditar sobre su posición social, no ha escogido la vía más rápida para desarrollar su carrera. Y menos cuando, entre álbum y álbum de estudio, presentas otros proyectos de gran acogida y reconocimiento como ese paranoico mixtape (“If You’re Reading It’s Too Late”, 15) que acabó convirtiéndose en su mayor éxito y un sorprendente respiro creativo aplaudido por todos.
“Views” es el álbum con el que Drake recupera a su adorado Noah “40” Shebib. El único productor que su religión le permite, la única figura a la que le es leal desde el origen y que, sin embargo, abandonó en sus últimas creaciones. Soledad, autenticidad, desnudez… Por fin, habla un Drake que reconoce su posición en la industria y no deriva buscando su identidad. Y a la vez, siente la necesidad de utilizar la música para vaciar toda esa mierda que da la fama. Ya sabes lo que dicen, no es oro todo lo que reluce. Siguen predominando las historias que alimentan su ego, los ataques a las figuras femeninas de su vida y todo lo que le hacen sufrir. Cómo se aprovechan de él, venden sus secretos, le sacan la pasta… ¿En serio Drake? Después de tantos años ya deberías haber aprendido la lección.
La única mujer en la que confía a nivel musical hasta la fecha y a la que le ha dedicado alguna que otra frase limpia de rencor ha sido Rihanna. Tras “Take Care”, la cantante vuelve a aparecer con una de las bombas del álbum, ese “Too Good” de corte afro-tropical que podría ser una apuesta perfecta a canción del verano. Y es que “Views” es el álbum con más hits hasta la fecha. Solo hace falta escuchar ese “ligoteo” con el dancehall que es “Controlla” o esa revientapistas de línea afro-pop que es “One Dance” junto a Wizkid y Kyla. Para comprender que haya vendido más de 850.000 copias del disco en Estados Unidos en su primera semana. Sin contar, por supuesto, la inserción del macro hit “Hotline Bling” como cierre del largo.
Posiblemente Drake viva estancado a la hora de avivar sus versos, suene algo repetitivo con las temáticas y le pueda faltar curiosidad, pero sus letras continúan conectando con el público. A día de hoy aún nos creemos que el rapero siga siendo el mismo tío que apostó por la música en 2006 y para el que Toronto, su ciudad natal, es lo más importante en la vida. Para comprenderlo solo hace falta escuchar las declaraciones que suelta en “9” (“I made a decision last night that I would die for it // Just to show the city what it takes to be alive for it”). Con “Feel No Ways” resume todo crecimiento sonoro señalado en “Nothing Was The Same” (13). “Hype” reclama al Drake más duro y loco que conocimos con el anteriormente nombrado “If You’re Reading It’s Too Late” (15) y “U With Me?” tiene al Drake romántico que mejor le representa.
A día de hoy el r’n’b vive una etapa de gloria cargada de experimentación y éxitos en las listas de todo el mundo, con lo que a estas alturas a Drake ya se le puede catalogar más como un cantante de éxito que como el rapero que siempre quiso ser. A pesar de su lucha por reclamar su gran presencia en el terreno del hip-hop, su música y su público le han llevado por un camino más melódico de lo que esperaba. Es verdad que no encontramos ningún cambio, ni esfuerzo de innovación en “Views”, pero lo que sí vemos en su cuarto disco de estudio es a una estrella mundial consolidándose definitivamente en el mercado a través de un proyecto muy cuidado y personal.
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