“For All The Dogs” es el octavo álbum de estudio en solitario del rapero canadiense Drake, después de lanzar en 2022 un álbum en colaboración con el británico 21 Savage. En este último álbum colaboran Teezo Touchdown, el propio 21 Savage (un habitual en los trabajos del artista canadiense), el totémico rapero J. Cole, Yeat, la talentosa cantante SZA, PARTYNEXTDOOR, la leyenda del trap Chief Keef, el icono del reggaetón Bad Bunny, Sexyy Reed, y por supuesto, otro habitual en sus proyectos con el que le une una profunda amistad, el trapero Lil Yatchy.
Centrándonos en el título, de partida resume un poco lo que nos vamos a encontrar a lo largo de las veintitrés canciones que componen este disco, podemos deducir que este proyecto viene a ser algo así como un regalo a todo/a oyente y amante del sonido que mejor definiría al compositor de Toronto. Un compendio de singles con el sonido inconfundible al más puro estilo Drake. La contraparte de todo esto radica en un trabajo innecesariamente largo y tedioso para el oyente, en el que no se exploran nuevos sonidos siendo todo un sinfín de canciones repletas de lugares comunes, ni se preocupa lo más mínimo por entregar una letra algo menos superficial y, por momentos, embarazosa. El rapero canadiense se ha debido de dar cuenta que, más allá de la calidad en su sonido o en sus letras, cualquier cosa que lleve su sello funciona, y bastante.
Como resultado, tenemos puro ego trip, letras de enaltecimiento del artista como figura de éxito y su idolatrada posición en el circuito, más letras hablando sobre antiguas relaciones amorosas del artista, amor y desamor, y algún que otro beef aquí y allá a viejos conocidos y conocidas que simplemente parece que se busque hablar del álbum. A nivel de sonido, Drake introduce sonidos pop, R&B, trap, ritmos lentos y pausados o cambios disruptivos de beats en mitad de la canción. Piezas como “Rich Baby Daddy (ft. Sexyy Redd y SZA)” ejemplifican el caos sonoro de un álbum que está lejos de tener un sonido homogéneo y compacto. Por otro parte, es evidente que Drake no ha acertado con las colaboraciones en su último trabajo; además de evidenciar el mediocre papel del cantante de 36 años a lo largo de los diferentes singles que en la mayoría de casos no destaca en demasía frente a sus colaboradores o quedando por debajo de estos. Algunos de estos casos serían los trabajos “Amen (ft. Teezo Touchdown)”, “IDGAF (ft. Yeat)”, el mejor corte de todo el disco hay que agradecérselo al rapero de Carolina del Norte, “First Person Shoooter (ft. J. Cole)”, Slime You Out (ft. SZA)” o el intento por reproducir ese éxito que fue “MÍA” en 2018 con “Gently (ft. Bad Bunny)”, que solo nos deja en claro que Drake tiene que mejorar su español y quizás atreverse con otros estilos diferentes.
Habría que cuestionarse el momento artístico del cantante y productor canadiense en estos momentos, el cual parece que podría haber tocado techo con este último álbum en solitario o que quizás necesita una muy necesaria renovación en su propuesta musical para venideros proyectos. Lo que es seguro es que al multipremiado cantante de Toronto y experto en cocinar hits a nivel mundial uno tras otro, sobre todo, desde 2016, hay que pedirle un poco más, para eso es Drake.
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