Desde el ya mítico “If You’re Reading This It’s Too Late” de 2015, Drake ha ido dando los pasos necesarios para convertirse en el gran artista hip hop mainstream mundial. Siempre adelantándose al resto a la hora de traducir las mejores tendencias subterráneas al idioma de los charts, el esperanto musical de Drake ha pasado por el dancehall y el afro, por el trap y, últimamente, por la electrónica. Mientras, ha ido intercalándolo con álbumes de su propia quintaesencia, desde “Nothing Was The Same” (13) a “Scorpion” (18), a caballo entre el rap y el R&B. El canadiense ha profundizado, como decíamos, a lo largo de los trabajos posteriores a ese “IYRTITL” en diferentes facetas de sí mismo, porque Drake ya es un género per se. Uno que nadie más puede hacer, a riesgo de parecer un mero remedo, una copia barata, si es que lograran acercarse. Imposible.
En este álbum, “Her Loss” lanzado sin apenas promoción previa, se une a una figura tan relevante en la música rap norteamericana de los últimos años como 21 Savage, otrora caballo ganador de Metroboomin, como ya lo hizo con Future, otrora jinete de Metroboomin, en su otro gran trabajo de 2015, “What A Time To Be Alive”, con el que confirmó el trap como género hegemónico al que ahora acude de nuevo utilizándolo para coronar el número uno de Billboard. Para dimensionar a Drake, con este álbum hace su decimosegundo número 1, solo superado por Jay Z y The Beatles. Para dimensionar a Drake como artista mainstream, este álbum es el cuarto mejor estreno de la historia, solo por detrás de sí mismo -dos veces- y de Taylor Swift –una–.
“Her Loss” brilla como álbum mainstream, y es que esa acepción refleja perfectamente lo que lleva siendo Drake tiempo, un artista que ha logrado el equilibrio entre lo radiofónico y lo artístico, dominando el playlisting y las redes sociales sin intervenir en ellas.
Piezas como “On BS”, “Major Distribution”, “Circo Loco” o la coda de “I Guess It’s Fuck Me” son ciertamente brillantes. Hablamos de Drake y no tanto de 21 Savage por galones y porque uno de los puntos a mejorar del álbum, que los hay, es relegar prácticamente al plano de ad liber a 21 Savage. Aunque quizá sea él el que se relega. Los momentos en los que no funciona así, como en “Rich Flex”, el álbum llega a cotas altísimas de calidad, algo de lo que no solo son responsables los artistas sino las producciones, que igual que el estilo de Drake, no se pueden encontrar en los álbumes de nadie más sin sonar ridículas.
“Her Loss”, on the other hand, carece de épica y de emoción. La escritura de Drake (ha vuelto a incluir una rima sobre comer pasta) es un mero ejercicio técnico y retórico, y no viene a decir nada en concreto, ni en abstracto. A diferencia del mejor Drake, que hacía suyos los sentimientos universales con gracia y talento, el actual se siente demasiado por encima del resto como para ser creíble o interesante; 21 Savage, de nuevo, no funciona por sí mismo. A pesar de brillar en ese juego de “Rich Flex”, el álbum queda vacío, aunque brillante, como una bombilla de las buenas ideas pero que no alumbra ninguna habitación.
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