La mayoría de artistas perciben su obra como un todo indivisible y coherente que edifican disco a disco. Cuando terminan uno se alejan unos metros y observan como va quedando su carrera. Son artistas muy conscientes –si no obsesionados- por su propia obra.
Hay otros músicos que esparcen su obra de forma más despreocupada y que no les importa grabar cada vez con músicos distintos ni que estos aporten su visión personal a sus propias canciones. Para rastrear la obra de Scott McCaughey deberíamos indagar en su discografía con The Young Fresh Fellows, sus andaduras con R.E.M. –con quienes, por cierto, está grabando disco- o los distintos discos grabados bajo el nombre de Minus 5 en los que han colaborado miembros de Posies, Guided By Voices y gente como Peter Buck y Ben Vaughn. En esta ocasión, McCaughey aprovechó el limbo discográfico en el que se encontraban Wilco dos años atrás –se conocieron durante una gira de R.E.M. en la que los de Chicago hacían de teloneros- para dar forma a un disco de pop clásico con ligeros toques psicodélicos. Excepto en “The Family Gardener” –en la que canta Tweedy-, la influencia de Wilco es meramente instrumental. Quizás McCaughey no tenga la personalidad vocal de Tweedy, pero sus canciones mantienen un altísimo nivel durante toda la escucha.
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