Esperar que Mark Eitzel firme a estas alturas una obra soberbia al margen de sus imprescindibles American Music Club puede parecer una ligera exageración, pero sensiblemente más absurdo resultaría menospreciar la incontinencia creativa del norteamericano o cuestionar su emocionante capacidad como compositor. Y por descontado que el artista puntúa bastante más cerca de lo primero que de lo segundo en la presente entrega, tras sacar a pasear una inalterable elegancia sin condiciones que resuena solemne en la siempre acertada interpretación del vocalista. Eitzel juega al engaño ofertando melodías amables e incluso vistosas que, sin embargo, albergan desgarradoras secuencias en su cuidadísimo interior. Desde la acongojante “I Love You But You’re Dead” con la que se inaugura el disco hasta la definitiva y no menos inquietante “Nowhere To Run” que lo cierra, pasando por temas como “Oh Mercy”, “Why Are You With Me?” o “All My Love”. Un álbum liberado de relleno que emociona sin remisión tras mantener un espléndido nivel a lo largo de toda su equilibrada duración, certificando el agradecido regreso de un artista ya legendario
Surinpsirg to think of something like that