No vamos a reincidir en ese vértice de pop exquisito que se alimenta en Pamplona en torno a una serie de músicos y bandas casi consanguineas. Doña son de allí y van por esa senda tan injustamente olvidada por el gran público, que casi da ganas de proclamar aquello de que no se hizo la miel para la boca del asno.
Doña surgen en la capital navarra en 2016 como cuarteto liderado por Santi Castillo, guitarras, voces y piano, además de composición, que ya grabó antes sin demasiada fortuna con Whitechapel Victims, Innerve, Kid Chamako o Las Flores Matan. A su lado Txemi Losada, guitarra y voz, que simultanea con Baobabs Will Destroy Your Planet, además de su paso por entre otros, Reina Republicana o los Ginkas; el batería Javier Barbería, también en la banda de Edu Errea, Tremenda Trementina, Souvenir, Reina Republicana, etc. y el bajista Javi Indurain, parte de Los Nuevos Hobbies o los grupos de Edu Errea y Andrea Santiago. Con esa formación graban sus dos primerso eps, "Kenai" (2017) y "Ola gringo" (2018), que no supusieron ningún despegue reseñable.
Ahora vuelven con todo un álbum y ciertos cambios de sonido. Continúan Santi, Txemi y Javier, más la aportación del bajista Jaime Nieto (Joseba Irazoki, El Columpio Asesino, WAS, Atom Rhumba, etc) y Jon Aguirrezabalaga, quien además de colocar sus sintetizadores y programaciones, se ha encargado de mezclar y coproducir el disco desde su estudio bilbaíno de El Tigre. Y este es un aspecto muy a destacar, porque Jon (productor de Verde Prato, Sara Zozaya, Gari o Rafa Rueda) ha dejado claramente su firma en "Hiperespacio yo", que aunque se publique ahora lleva más de un año terminado, hacia una solución más pulimentada.
Los navarros logran sus melodías más redondas y envolventes en pequeñas maravillas como "Stress", "Todo pasa" o "Son infinitas" (con los coros de Aitziber Omago), que alcanzan cotas de belleza plástica, a la vez que reconvierten su esqueleto jangle pop en una hojarasca de atmósferas cercanas al dream pop y la cara más sinuosa del shoegaze con trastienda de apacible psicodelia. "Huevo cósmico" hace honor a su atributo, "Estático" les acerca a un postrock de dormitorio, "Espiral" podría aspirar a la liga de los himnos de exaltación y euforia, y en general todo el elepé se congratula de esa finura eléctrica, tan radiente como melancólica, que lo mismo pueden contentar a un veterano seguidor de los Feelies como a uno actual de Rolling Blackouts Coastal Fever, sin que en realidad miren directamente a ninguno de ellos.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.