Do To The Beast

Debo reconocer que cierta sobreexposición a la carrera de Greg Dulli al margen de The Afghan Whigs me había llevado a darle, poco a poco, la espalda a sus discos al frente de The Twilight Singers, trabajos todos ellos más que correctos, capaces de mantener su nombre libre de desconfianzas o salpicaduras de mediocridad. Pero cuando hay talento y magia todo acaba por volver a su camino, los lazos se estrechan de nuevo, los corazones se recuperan y las cosas especiales vuelven a florecer. Aquí no está Rick McCollum, pero sí está todo lo demás.

“Do To The Beast”, el fantástico retorno de una formación con personalidad propia, recupera el espíritu original del grupo, ahora un sexteto adulto y maduro, capaz de navegar entre la oscuridad y lo sensible, de crear momentos de franca y emotiva intensidad sin excederse en lo más mínimo. “Do To The Beast” es un disco (a la vieja usanza, diez temas distribuidos en dos caras) que destila humanidad, que habla sobre tensiones reales, sobre sentimientos reales. Cualquier pieza sirve para definirlo, desde el single “Algiers” hasta la preciosísima “The Lottery” o ese épico final que supone “These Sticks”. Dulli y sus muchachos no alcanzan las cotas de emoción de Nick Cave y sus Bad Seeds, pero se muestran como una banda madura, completísima e inspirada que no confunde sumar años con perder energías.

Para redondearlo, The Afghan Whigs cuentan con una larga lista de invitados, desde Johnny ‘Natural’ Najera (arreglista de Usher), al cantautor Joseph Arthur, pasando por la violinista Petra Haden, Patrick Keeler (The Raconteurs), David Catching (Eagles Of Death Metal), Alain Johannes (Queens Of The Stone Age, Eleven) o músicos de bandas desaparidas ya como Clay Tarver (Bullet Lavolta) o Ben Daughtrey (Squirrel Bait). Juntos han dado forma a uno de esos discos de retorno que le pillan a uno por sorpresa y que, de una bofetada en toda la cara, te dejan claro que hay grupos, y grupos.