Aquí no hay eso de "es la música que escuchaba cuando iba al insituto, ni el hermano que pasaba cintas a escondidas. Lo de DMA's es pura inspiración (prácticamente) intuitiva y desde la propia influencia. DMA's son tres chavales de Australia que condensan el pico más alto del brit pop de los noventa. Debieron saber de Pulp por documentales y su regreso. Suenan al sentimiento de pequeños losers sin futuro, de poesia hortera basada en chicas a las que les cantan que no se vayan, de querer huir en adelante, mirar las estrellas y ponerse de techo el cielo. El “Definetely Maybe” ahora, en 2015. Tópicos de los hermanos Gallagher con la fijación por la ropa de The Stone Roses y el plano secundario de The La's.
Pero igual que del desierto de la Inglaterra de hace ya tres décadas salieron esos grandes discos, aquí, en la otra punta del planeta, ha salido este explosivo y apabullante EP homónimo de DMA's. No hay fallo. De "Laced", de inicio acústico y final catártico (si se cierran los ojos, uno ya ve como el main stage de Glastonbury les va a medida), a "Delete" y "Feels Like 37" (nuevos intocables para el NME y BBC1) a "The Plan", en el que gritan: “I wanna feel the ones the world behind the breeze”. Si se calzan bien las Gazelle, se comerán el mundo.
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