Si Django Django fueran una película, recomendaría que no leyeras esta crítica para evitar spoilers. El efecto sorpresa es crucial para disfrutar como merece del pintoresco sonido de estos cuatro ingleses locos. Cuentan que se conocieron en la Facultad de Arte de la universidad de Edimburgo y que, tras varias idas y venidas, juntaron esfuerzos en Londres para dar vida a este saltarín combo de pop raro, maneras artys y espíritu psicodélico. Ahora se benefician del hype que parece estar rodeando la salida de su debut homónimo, un disco que a pesar de tener ciertos referentes claros (Devo, Oingo Boingo, Talking Heads, Adam And The Ants), es capaz de sonar fresco y con ideas propias. Algunas de ellas serían las percusiones mongoloides, a ratos casi tribales, que aparecen en todas las canciones, los alucinantes coros y armonías vocales –algo así como si fueran una coral a lo de The Beach Boys en plan esquizo- altamente adictivos y, como no, unas canciones redondísimas que hacen que sea difícil escoger las favoritas (este plumilla se queda con “Hail Bop”, “Life’s A Beach”, “Zumm Zumm”, “Silver Rays”, o ese instrumental loquísimo que es “Skies Over Cairo”). Django Django se han presentado en sociedad con nota, y más allá de la sombra de la duda del efecto hype, oxigenan de forma sanísima el brit pop de nuevo cuño. Bienvenidos sean.
cojonudo
HHIS I should have thugoht of that!