Parecía que nunca iba a llegar el momento en que la España del Sónar iba a dejar de ser mero decorado y atrezzo para las andanzas de los productores foráneos para convertirse en cuna de verdaderos talentos electrónicos.
La incipiente escena electrónica de principios de los noventa por fin ha encontrado herederos y sustitutos entre los que el madrileño Alex Under destaca sin remedio ya que su Lp de debut para el sello alemán Trapez es toda una realidad. Techno seco, trotón, minimalístico como manda la coyuntura y también la convicción. También techno con un punto vacilón (los requiebros de “El arado adorado”) que le añade un plus de creatividad y atrevimiento que permite a Under relajar el tempo sin ningún remordimiento una vez puesto el contador al rojo (“El azadón es un cazador solitario”). Más colección de temas que álbum, este es un trabajo obviamente orientado a la pista, aunque puede disfrutarse igualmente en casa gracias a su textura ensoñadora y espaciosa que entronca con la old school detroitiana (“Aditah, la granjerita” es puro hipnotic groove). Personalmente, sólo echo de menos una mayor cohesión conceptual entre los tracks como parecían sugerir los títulos de los temas y del Lp. Eso descontado, excelente.
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