Barriendo para casa, dando rienda suelta a mi lado más egoísta, les diré que me encanta que Las Ruinas sean un grupo subterráneo que casi nadie conoce. Me llena de orgullo ser uno de los pocos que han apostado por la banda de Eduardo Chirinos desde el principio, y cual Ebenezer Scrooge en clave musical, disfruto teniéndolos solo para mí. Dicho esto, y siendo responsable con mi noble oficio, ya es hora que un número superior de personas, más allá de un servidor y algún fan irredento más, descubran por fin a Las Ruinas, una de las bandas más inclasificables que circulan por el underground Barcelonés. Lo son no por lo que hacen, al fin y al cabo es solo punk pop con la vista puesta en los noventa más rabiosos y ruidosos, sino por como lo hacen; sin ningún tipo de prejuicio y manía, con unas ganas contagiosas y una honestidad difícil de ver en los días que corren. Tienen una facilidad enorme para firmar festivos himnos generacionales que dejan huella; en este disco se llevan la palma "Secundarios del mundo, uníos!", "Paranoide esquizoide" "Cerveza beer" y "No correspondido". Y ya es hora de que los descubras.
Super inifmratove writing; keep it up.