Tras un considerable retraso provocado por la pandemia mundial, al fin ve la luz el segundo larga duración de la dupla formada por Miguel López –aka Digital 21– y Stefan Olsdal –bajista y miembro fundador de Placebo–. “Complex” (21) es la continuación de aquel notable estreno titulado “Inside” (Kobalt, 17), e intensifica con convicción las diferentes velocidades y texturas exhibidas por el dúo como carta de presentación. Conviene señalar que los músicos aprovecharon el confinamiento para alumbrar Made For Humans, tratado estrictamente instrumental que finalmente cristalizó en un álbum homónimo.
De este modo, el proyecto que ahora nos ocupa queda definitivamente reservado para temas con voz, apostando por unas colaboraciones que se unen a las propias interpretaciones de los autores para perfilar el aspecto definitivo de cada uno de los diez temas de la entrega. En cualquier caso, “Complex” (21) es una obra multifacética que, al amparo común de la electrónica y algunas de sus diferentes personalidades, acelera y desacelera ritmo al antojo de sus artífices. Dentro del producto son mayoría las piezas certeras e incluso apresuradas, como la inicial “Together”, esa continuación lógica que es “Rebellion”, o el ramalazo house de “High In The Sky”. Por su parte, “The New Thing” resulta inquietante en la interpretación de Caroline Devine, mientras que la sensual e hipnótica “Sunlight” cuenta con la aparición de Soleil (de Reyko), y en “The Fire” –con ecos del trip-hop de Portishead– y la delicada “Bright” es Katrína Mogenden (de Mammút) la protagonista tras el micro. En contraste luce la belleza melancólica y arrepentida de “Over”, el que es único pasaje instrumental bautizado como “The Trip”, y la preciosa “Away” que, con la colaboración de Alissa Janine Wollman, significa el distinguido cierre de la referencia. Unas y otras cuentan con generosa orquestación matizando los elegantísimos arreglos, hasta realzar la capacidad expresiva de unas composiciones bañadas en cierto barroquismo vanguardista.
Digital 21 + Stefan Olsdal dan un importante paso al frente con “Complex” (21), al firmar un disco sensiblemente más ambicioso que su predecesor, y dejan entrever influencias usadas en beneficio propio de artistas coetáneos como Moby o los Primal Scream del “XTRMNTR” (Astralwerks, 00). Un trabajo de sonido universal y (al mismo tiempo) marcado aspecto cinematográfico –a medio camino entre lo futurista, la ciencia ficción y la distopía–, que hace gala de una seguridad artística que permite otear nuevos horizontes y asumir riesgos adicionales. Se confirma así la solidez de la sinergia, descartando el mero entretenimiento paralelo por parte de dos músicos ya consagrados.
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