Quizá sea esta la versión más intimista y austera de la travesía internacionalista que Jairo Zavala emprendió hace más de tres lustros como Depedro. Todo suena más conciso, también singularmente reflexivo. La nómina de músicos es amplia, pero a diferencia de otros discos, este no alberga colaboraciones de relumbrón que pesquen en otras clientelas. Ahí están Martín Bruhn, Gustavo Guerrero, Roberto Verástegui, Kike Fuentes, Delaney Stöckli, Ludovica Burtone, Leonor Falcón o Marta Roma, pero apenas la voz de Héctor Rojo emerge como destacado contrapunto en “Lo que va pasando”, corte regido – como el resto de estos 35 minutos – por la sencillez.
Producido por el venezolano Gustavo Guerrero (Natalia Lafourcade) y grabado en la sierra de Madrid – a excepción de sus estupendos arreglos de cuerda, registrados en Barcelona – pero mezclado en Australia y masterizado en California, "Un lugar perfecto" (2024) se despliega a ritmo de cálido tropicalismo en “Lugar perfecto”, al son de la chacarera andina en “La Gloria”, al trote de la Motown con bongos en “Coreografía” y bajo los efluvios del tango en “Fábula de la diferencia”.
La forma que tiene Jairo de mirar a todos los puntos cardinales habidos y por haber sigue siendo ejemplar, pero a mí cuando más me toca este disco en los momentos en los que podemos decir aquello de “menos es más”, y en los que además se avista una clara inclinación pop: “Habilidad” es un precioso medio tiempo que podría llevar la firma de Wilco y “Niebla” es una preciosa miniatura con guitarra y piano que oficia como broche perfecto.
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