Renovando su pasaporte de cantor de ninguna (y todas) parte(s), Jairo Zavala vuelve a viajar y a pillarnos un asiento a su lado por ese lugar llamado mundo que tan bien conoce, describe y dibuja desde que debutase en solitario en 2008, pero también a través de las pequeñas cosas que laten con fuerza y que vuelve a figurar con singular clase y raza, tan cerca de Chris Isaak y Paul Simon como de Kevin Johansen o Xoel López.
Tres años después de “La increíble historia de un hombre bueno”, Depedro mantiene en la producción de “El pasajero” su alianza con sus compañeros en Calexico y su pulso por la canción fronteriza apátrida -marca de agua del proyecto-, pero suma nuevos juegos sonoros: su racial acercamiento a África por la vía del afrobeat y el tribalismo; sus insinuaciones a la música de estándares americana, cual crooner fronterizo (con colaboraciones con Bunbury y la guatemalteca Gaby Moreno) y las trazas sinfónicas (arregladas por Tom Hagerman de Devotchka) que empapan el disco. Pasajeros, a bordo: Depedro vuelve a aterrizar en tu reproductor con vistas al mundo.
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