Me gustaría que esta crónica tuviera las palabras justas, que sirviera para convencer al lector posible de que escuche a Dellafuente con atención.
Si lo conoces previamente, encontrarás en ‘Tanteo’ la evolución que tanto esperábamos quienes le queremos desde hace tiempo, más cercana espiritualmente a sus primeros trabajos, auténtica, llena de verdad, cantada con el ansia de quien se muere si no canta. Un EP, ‘Tanteo’ donde brillan hallazgos como ‘Nada sin ustedes’ o ‘Nolahay’, por mencionar solo dos de cinco en un claro intento de optar por la brevedad, porque la verdad es que las cinco canciones son igual de brillantes.
Para quien no haya escuchado nunca a Dellafuente, antes de apiadarme de sus almas por el tiempo perdido, les diré que se contarán con el EP de un artista maduro, ya con treinta años, padre y marido feliz, que elige cantar sobre su rutina para reivindicarla, para reclamar su vigencia contra el mundo que abandonó y lo que detesta para pasar a ‘Modo Sigilo’. Porque es lo que parece y las decisiones que tomamos hay que asumirlas con determinación y cuajo, y eso a un Dellafuente que ha conseguido ganarse con terquedad y algún truco una posición única en la escena nacional desde la lejanía (negándose a mostrarse, como el joven Papa de Sorrentino) que le ha permitido lanzar este trabajo de forma independiente, con el sello propio que lleva el nombre de su hija.
Un artista que supo entrever hace más de dos años que la electrónica volvería a jugar un papel importante con sus Solomon Sessions y que ahora la utiliza a su antojo. En realidad, ‘Tanteo’ es precisamente esto, un EP en el que Dellafuente utiliza todo su imaginario, todo su talento, a su antojo, para precisamente mostrar aquello que más le importa -su familia, su vida, su tranquilidad- de la mejor manera. Eso incluye un beat que recuerda al ‘Hotline Bling’0 y una colaboración con Israel Fernández austera y arrebatadora. Gracias, Dellafuente, Viva Dellafuente.
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