Descanso en poder (DEP)
DiscosDellafuente

Descanso en poder (DEP)

8 / 10
Yeray S. Iborra — 05-06-2020
Empresa — Sony Music
Género — Rap

La irrupción y el agotamiento de las escenas musicales ha centrado debates desde tiempos cortesianos. Esos nobles hartos de pianos barrocos (¿patillada histórica?). Sí o sí, es un tema que ocupa a medios y redes sociales. Como sostenía el jefe de redacción de esta misma revista, Joan S. Luna, en un artículo llamado “En un suspiro” ha habido corrientes de todo tipo. Cortas, largas, trascendentes y olvidadas. Tardaremos en saber si los últimos sonidos urbanos, desde lo electrónico a lo latino, están dando sus últimos volantazos. Y qué impacto tendrán en el futuro.

Pero si el estocazo al género lo tiene que poner uno de los artistas más perspicaces que ha dado el mismo, bien estará. Dellafuente anuncia un cierto final con “Descanso en poder (DEP)”. El granadino lleva algunos meses revolcándose con músicas muy diferentes a los que le auparon con “Ansia Viva” (16): ha colaborado con Ana Mena y ha sacado un disco de rock progresivo, “Ep.01-Causa” (20). Pero en su último largo, condensa todo aquello que le ha hecho uno de los puntales de esa generación que ha tenido en lo urbano su patio de recreo. Una escena que se ha comprobado heterogénea y que se distancia cada vez más entre sí.

“Descanso en poder (DEP)” es, básicamente, ese quejío tan Dellafuente. Profundo y robusto. Una forma de apoyar la voz en el autotune y en el flamenco que le otorga trascendencia. Barrio, clase y realidades digitales (“Toco el cielo”, junto a Maka). Abierto siempre a lo popular mientras mantiene ciertas bases sin masticar. “Hay que buscar un híbrido, entre darle al mercado algo interesante, a la vez que se coman lo que nosotros queremos decirles”, comenta el granadino en la meta-intro del disco.

El álbum es un seguro, como combinar la parte de arriba y abajo de un chándal. Dellafuente, Antonio Narváez, David Marley, Chocklock o El Guincho ponen las bases. Y se nota que han trabajado a pierna suelta: “Saturación” es una delicia que lleva a “El mal querer”. Cómo no, la ‘despedida’ de Dellafuente, no podía ser sin sus anclas andalusíes. Suena el coro de la Universidad de Granada en “Nubes”.

Muchos pensarán que el trap duró mucho. Otros que poco. Y que mejor. Pero lo que es seguro es que la híper productividad de los miembros de la escena, y la sensación de vida en un cohete que dan los ‘stories’, ha hecho que para los artistas los segundos hayan sido horas. Y los días, años. De ahí la portada de “Descanso en poder (DEP)”, ese Palacio de Kamisama de Ignasi Monreal (FKA Twigs) que aquí popularizó Dragon Ball. Un lugar donde el tiempo se congela. Así deben ser las jornadas de Dellafuente, bullentes. Su cabeza debe andar ya por 2054.

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