Él no se define como rap; tampoco como flamenco. Considera lo que hace música urbana. Y lo cierto es que en ella encontramos un poco de las últimas tendencias que más han crecido últimamente, como el trap o el reggaetón, todo aderezado con un toque de flamenco. Y mucho (¿demasiado?) Autotune.
Con esta fórmula el granadino Dellafuente ha logrado un importante número de seguidores en las redes sociales, los suficientes como para lanzarse a grabar su primer álbum, “Azulejos de colores”, un disco de dieciocho canciones en las que la cultura flamenca se casa con otras temáticas como la competición, el amor/sexo o la vida en la calle, bajo un lenguaje y unos códigos (aquí sí) propios del rap. Una fusión que no es nueva pero que cada vez parece tener más éxito. Y en la que Dellafuente navega con mucha frescura, más aún tratándose de su disco debut.
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