Desde que supimos que el cuarto álbum de Rosario “La Tremendita” (Triana, 1984), iba a estar lleno de vicisitudes insospechadas, las ansias por escucharlo eran notables. Cada obra que ha parido es una verdadera declaración de intenciones, algo que no hace más que subrayarse en Delirium Tremens. Su madurez es ya evidente y cautivadora. Todos ya sabíamos de la capacidad creativa, compositora y guitarrística de “La Tremen”, pero ahora sienta las bases de cara al futuro por si a alguno no le había quedado claro. Lo hace en un trabajo dividido en cuatro actos: Caótica, Fuga, Ahínco y Tedeum, y en la que una vez más Universal apuesta por una línea aperturista del flamenco contemporáneo, lleno de versatilidad sin perder un ápice de raíz. Así no nos olvidamos de dónde procede Rosario y cuáles han sido sus comienzos. De ese modo se legitiman las licencias para poder encontrarse con otros derroteros sonoros: la copla, el folk andaluz o el jazz.
Aunque sí es cierto que con lo del respecto al jazz tiene mucha culpa Pablo Martín Caminero, su productor musical, contrabajista y compañero de fatiga, con quien ya había hecho de las suyas con la bailaora Rocío Molina. El jazz está presente también en la batería de Borja Barrueta, el piano de Abe Rábade y la percusión de “Piraña”. Y por supuesto la colaboración de Estrella Morente y Josemi Carmona. ¡Una vez más el tándem Morente-Habichuela! ¡Ahí es nada! Con Delirium Tremens disfrutaremos de soleás de Triana, bulerías, tangos, marianas, romance, serrana, por Levante, abandolao y zambra. Y otros que no vienen del acervo flamenco, como sevillanas, rumbas y pasodobles. ¡Tremenda “La Tremendita”!
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