Delaossa hace despegar su propio avión y pone el rumbo hacia ‘La Madrugá’, el que será su primer álbum de estudio en un lustro, desde “Playa Virginia”, el oasis que ha encontrado el malagueño para empezar a construir un universo creativo que sea capaz de mantenerse a veinte mil pies de altura sobre el océano, y capaz de llevarle al estrellato internacional, que, a todas luces, parece su objetivo inmediato.
La carrera de Delaossa no se ha construido en un día. Y el ralentí que ha instaurado como velocidad después de los dos álbumes que le llevaron a convertirse en uno de los protagonistas de la nueva escena rap nacional, nacida a fuego lento mientras el trap daba sus últimos coletazos, es de todo menos casual. Lleva tiempo conocerse a uno mismo como artista, sobre todo cuando se conoce uno como persona. Lleva tiempo saber cuál es el camino, sobre todo cuando sabes a dónde ir. Y la cosa es que Delaossa tiene más o menos un destino claro, que como comentábamos, es dar el salto definitivo a la escena urbana internacional. De ahí la elección de la aerolínea de Dale Play. De ahí la elección de una propuesta como “Playa Virginia”, separada ya de cualquiera de sus referencias anteriores por muchos kilómetros de distancia. Hay que quitarse de encima los resquicios del rap underground y redecorar el salón, o mejor comprarse uno nuevo.
Delaossa ha planteado un viaje en dos sentidos. Cada uno representa una parte del artista de El Palo, que, por cierto, es una de las personalidades más cultas de la escena musical nacional, y que sabe lo que se hace cuando plantea jugadas así. La primera es el camino del héroe, que le llevará desde una posición complicada a la mejoría total pasando por varios baches y trampas que encontrará en su viaje. Hay algo único en los héroes desde su nacimiento, y a ese pasado de sueños hace referencia varias veces Delaossa en “Playa Virginia”. Esa es la misión de Delaossa y de su equipo en este viaje que comienza ahora desde “Playa Virginia”, un lugar de lujo, estilo ‘Marbella’, donde todo es ‘Shining’ y que sirve de punto de partida, de lugar de conjura para llegar aún más lejos. Es una forma de cambiar a mejor sin dejar de ser el que era. Para llegar a cómo está (más que a dónde está), ha sido traicionado y reconoce que ‘Parezco Tonto’ o que ‘No Soy Perfecto’.
El segundo es un viaje más prosaico. El del artista rap español que quiere quedarse con todo. Ese viaje, que le pese a quien le pese lleva el nombre de C. Tangana, pasa por la construcción de una identidad y de un concepto sobre el que construir una escalada hacia la cima. En este sentido, la construcción del ídolo la hace Delaossa en un “Playa Virginia” en el que marca una diferencia clara a nivel letrístico con su música anterior. No hay tantas referencias culturales ni historias en presente y en primera persona. Hay en cambio, más recreaciones y abstracción, más futuro y más pasado. Los tiempos del ejercicio mítico.
Al mismo tiempo, en “Playa Virginia” hay todo un trabajo de diseño sonoro experimental que se aleja del Delaossa clásico, y donde KIDDO -cerebro musical del proyecto- ha trabajado con artistas como Bexnil (Cutemobb), Kas Rules o un Enry K que vuelve a sobresalir haciendo lo que se le da bien, producir. Este trabajo sitúa a Delaossa en un entorno donde el lujo ya es el protagonista del momento, el sonido es rico y trabajado y atraerá tantos nuevos fans como lastimará a los antiguos. Delaossa está subido al vuelo del futuro y tiene que marcar una distancia suficiente con la raíz -no hay ni un poco de raíz en este trabajo más allá de ciertas referencias en las letras- para luego poder volver a lo grande (quizá con “La Madrugá”)
Hay algo indescifrable, amargo y suave, adictivo, en “Playa Virginia”, como la droga de diseño. No se trata de una apuesta fácil, ni por asomo, para un Delaossa que podría haber seguido jugando a contentar a un publico fiel que, como el rap en España, siempre tiende a la nostalgia y a lo que ha he escuchado. Pero con eso no podría convertirse, no podría crecer. Dice Don Quijote en la primera parte de la novela que sabe quién es y sabe quién quiere ser. Lo mismo podría decirse de un Delaossa que va a dejar a muchos fans por el camino por la promesa de ganarse el oro, y de llevar el apellido de su familia por el mundo… pero qué sería de nosotros sin sueños de lujo y vacaciones en lugares como “Playa Virginia”.
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