Cuando menos te lo esperas vas y encuentras una banda de tu ciudad que recibe la influencia de todas tus bandas favoritas de metal de principios de los noventa. Sus temas te traen a la cabeza el “As The Flowers Whiters” de My Dying Bride y de los primeros temas del “Lost Paradise” de Paradise Lost. Toda esa densa y oscura época llena de riffs sangrientos junto a esa primera influencia del doom metal pantanoso cercenado con death metal es la que envuelve el primer disco de los catalanes Onirophagus. Su segundo tema, el que da título al disco, es la muestra de eso, tanto en la voz como en esos melancólicos riffs y en las bajadas de tensión en su melodía. En cambio, a mitad de “Incubated Mind” acercan la lentitud de su música a los riffs más veloces del black metal. Producido por Javi Félez (Graveyard), quien ha sabido sacarle el máximo partido a la música del trío, “Defiler Of Hope” es una obra intensa y necesaria en la que colaboran miembros de Foscor y Decapitated Christ, pero que deja con ganas de más. Y ojalá sea pronto.
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