Deafheaven se tiran a la piscina con los ojos cerrados y sin saber la profundidad del agua. Una actitud de valor en cualquier caso y particularmente en el suyo, siendo una banda siempre tratada maravillosamente por la prensa especializada, incluso quizá demasiado maravillosamente. No me malinterpreten, Deafheaven aportaron un color distinto a las escenas del shoegaze y el black metal, misturándolas prácticamente en un 50% y 50% y eso tiene su mérito. Así con la prensa de su lado, enamoraron a hipsters por doquier (no así a todos los fans radicales del malvado subgénero metalero), pero también se llevaron felicitaciones genuinas, porque, nobleza obliga, su música era cosa seria: desarrollos de nivel, producciones precisas y, sobre todo, climas que cumplían sus objetivos.
En 2021 Deafheaven vuelven con “Infinite Granite” y de un plumazo quitan (casi todo) el black metal de su fórmula. Siendo un grupo que basó su éxito en esa combinación de estilos poco común (aunque explorada por otros artistas también), se podría adivinar que estamos ante la defunción del interés por la banda. Pero aquí el oficio compositivo del grupo les saca a flote. Este trabajo, comprendido por nueve canciones que promedian los cinco minutos, es de una destacable coherencia.
El hilo que conduce la fría e intimista energía de “Infinite Granite” es el de la emoción y la belleza de los acordes menores. Las climáticas guitarras se hermanan con sintetizadores sugerentes, la batería cumple una función casi melódica, completamente al servicio de la canción y las voces, que sueltan unos pocos y efectivos growls en toda la placa, crecen exponencialmente tema a tema mostrando versatilidad y sentimiento genuino. Podría destacar canciones en particular –el dream-pop de la apertura con “Shellstar”, la belleza de “In Blur”, el balance perfecto de tensión y relax en “Lament For Wasps” o en la poderosa “The Gnashing” y el final grandilocuente con “Mombasa”, único y perfectamente elegido momento en que suenan a antaño–, pero lo que hay que decir es que aquí gana el conjunto.
Quizá esta reaparición de Deafheaven les muestre más convencionales, pero lo que no hay duda es que les hace ver más sólidos que nunca.
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