Especial expectativa recae sobre este segundo álbum de Dead Cross por varias razones. Una, por ser la primera referencia de estudio que se edita luego del parón al que Mike Patton debió obedecer luego de declarar estar atravesando problemas de salud mental a finales de 2021, aunque las sesiones de grabación de este disco sean anteriores a dicho stop. Otra razón es que esta música fue mayormente escrita por el guitarrista Michael Crain (Retox) mientras se recuperaba de un cáncer y también que Patton comparte aquí su labor vocal con la chirriante voz de Justin Pearson (bajo, también en The Locust). Dave Lombardo (ex Slayer, Fantomas, Suicidal Tendencies) es el cuarto que completa el todo y quien le da buen destino y solvente calidad a muchas de las intenciones del grupo.
“II” es en líneas generales otra subversión gentileza de Dead Cross; un nuevo compendio de adrenalina y demostración pasional extrema, en el completo sentido de la palabra. Más rocker que el disco debut, mejor diseñado y con más chances de colocar a la banda en un espacio de prestigio.
Así las cosas, el portal de entrada al disco no hace adivinar un trabajo que pareciera que envejecerá mejor que el debut del grupo de 2017: “Love Without Love” es una canción que tiene sus puntos interesantes pero en general suena algo arrebatada, poco pensada y muy (pero muy) sentida. Como cuando entras a un parque de atracciones genial y lo primero que te encuentras es esa montaña rusa de los 70s que te hace pensar si invertiste bien el dinero en la entrada al parque.
Afortunadamente luego de una pequeña vuelta, las atracciones comienzan a ser más potentes, como lo es el siguiente track “Animal Espionage”. Ya el solo riff de partida, que hace pensar en un surfer gótico -agradable sensación que se repetirá más adelante en “Ants and Dragons”-, es mejor que todo el tema anterior. Patton croonea, Pearson desgañita como un condenado y las guitarras se agrandan a cada compás. “Heart Reformer” es puro hardcore de métricas insanas y mucha irreverencia. Otra vez Patton y Pearson desconando altavoces y Dave Lombardo comandando la nave. El puente gótico funciona como una bocanada de aire (no tan) fresco que pierde efecto en cuanto vuelve la velocidad y el desenfreno.
El vuelo es más alto aún con “Strong And Wrong” en el que la banda reinterpreta su propia noción de fiereza y lo hace con inteligencia y creatividad: un riff ultra veloz de bajo y una guitarra con delay. Un casi blast beat que muere para dar vida un breakdown de antología: ahora sí podemos decir que aparece el primer gran momento del disco de la mano de un riff a la SOD mientras Lombardo da una doble caja en cada vuelta y Patton seduce antes de que se le crucen los cables y termine el tema a lo Fantomas.
Crain declaró haber compuesto el disco bajo la influencia espiritual del fallecido Jeff Hanneman, fundador de Slayer y escuchando la espectacular “Christian Missile Crisis” pues hay que creerle y entregarse a disfrutar de esta canción que venera el espíritu del thrash más clásico con el invaluable aporte de Lombardo, baterista autoridad del género.
En definitiva, “II” un buen paso al frente para este súper grupo de alto impacto. No hay sensación de relleno y la cuota de entusiasmo cumple expectativas en parte porque Dead Cross supo aprovechar bastante mejor las virtudes de sus miembros que en su primer lanzamiento de estudio.
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