De-Loused In The Comatorium

Han pasado las semanas desde que hablamos de lo que era esta banda en directo y ya tenemos el primer largo de The Mars Volta entre manos. Dedicado a Julio Venegas –artista conceptual y auténtico perro verde de El Paso–, es éste un disco insobornable, un trabajo que escapa de la comercialidad como alma que huye del diablo y la constatación discográfica de que las cosas en At The Drive-In no podían de ningún modo ir por buen camino. Y en cierta manera hemos tenido suerte porque, de no ser así, quizás jamás hubiese nacido algo tan particular y tan libre como esta nueva banda.

Hará un par de meses les intentaba describir qué era lo que podrían ustedes encontrarse en este disco, bien, pues ahora pretendo volver a hacerlo aunque con otras palabras. Y necesito otras palabras porque, entendido globalmente, "De-Loused In The Comatorium" no es un disco tan desquiciado como les apunté, pero sí es una obra que escapa de los cánones a los que nos hemos acostumbrado durante los últimos años. Es decir, que estamos ante un trabajo alocado, variadísimo, rítmico (y nada tiene que ver con la participación de Flea como bajista), menos espacial de lo que les apunté en aquellos momentos, pero con una idea muy clara de hacia dónde se dirige el grupo. The Mars Volta son libertad creativa en estado puro. Un ente musical que se dirige hacia lugares diversos y que huye de limitaciones. En la crónica a la que me refería al principio de este texto apuntamos los nombres de Pink Floyd, de Led Zeppelin, de los propios At The Drive-In o de Captain Beefheart, y seguimos en nuestros trece, aunque el resultado final suene a todo ello y a nada en particular.

Diría que The Mars Volta han dado forma a una suerte de progresivo para el nuevo siglo, convirtiéndose en los King Crimson del hardcore –si es que aquí continúa habiéndolo–. Tampoco podría decirles demasiado más. Más bien al contrario, creo que lo que deberían hacer para entender mis palabras a la primera es escuchar de cabo a rabo el disco. Pónganse cómodos, apaguen las luces, relájense, no piensen en nada y dispónganse a sumergirse en "De-Loused In The Comatorium". Francamente, lo que van a escuchar aquí no van a escucharlo en ningún otro disco en, cómo mínimo, una larga temporada.