Está claro: editar un disco en directo en los tiempos que corren puede resultar absurdo, incluso anacrónico. Sin embargo en el caso de un grupo como Dawes tiene sentido. Pocas bandas logran que sus canciones cobren una nueva dimensión más intensa, veraz y sólida sobre un escenario como ellos. Pocas bandas pueden reivindicarse como los más dignos sucesores del cetro de The Band en lo que a mantener viva la llama de la esencia del rock americano se refiere, pero sin tener que sonar añejo o desfasado por ello . Los de Taylor Goldsmith son grandes instrumentistas y se dejan llevar a la hora de alargar los temas dotándoles de hermosas armonías en las que las guitarras y el teclado juguetean a perseguirse.
Un disco de una veracidad extraña en esta época repleta de una tecnología que permite el engaño y la simulación. Está claro que se han dejado un buen puñado de clásicos sobre todo de sus primeros trabajos, pero el nivel que alcanzan en los desarrollos con los que adornan temas como “Less Than Five Miles Away” o “Somewhere Along The Way” provocará el éxtasis en cualquier seguidor de Tom Petty, Jackson Browne o los Eagles. Además Taylor Goldsmith demuestra estar cada día más cómodo y firme en su posición de líder del grupo, sacándole el máximo partido a su voz y, como no, a su guitarra, instrumento que se erige en buen medida en la gran protagonista del álbum. Canela fina de la buena.
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